Arrástrame hasta la orilla, clávame un puñal,
Vete de las sombras, aniquílame.
Que me revienta el pecho de solo verte,
Mudo, otra vez, de palabras sanas,
Me acerco hacia la desesperación,
Atento contra mi piel, mi alma,
Trato de entender, o de aceptar.
Pero que? Si ya no se de que hablo.
Duele, duele y duele tanto, duele todo,
miércoles, 2 de diciembre de 2009
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