viernes, 15 de enero de 2010

La dependencia.

Sé feliz, desprende abismalmente los engaños tejidos en tu mente,
divide las realidades provenientes de tus sueños.
Persuade la intención de tu inconsciente,
y no comprometas tu cuerpo al infierno del "no-amor".
Gesticula razones, aquella boca insolente,
recurriendo a tu pecho ciego de dudas, inmutable de cualquier verdad.
Sensaciones espuman sobre un suelo de pálido parquet,
cuando acongojados zapatos degluten tus sobrios pies.
Demonios despiertan en tu cien dispersa tanto en tu mundo como en el suyo...


Rugosos rostros serenan sin despertar,
satisfechos de compartir aquella mirada arenosa,
falseando la irrealidad,
retumba en el pecho una sórdida sonrisa humada,
engendrando tal típica y dolorosa situación.




Amantes, almas devoran su sed.

Neuronas, ¿Para qué?
Faldones enormes de soledad,
motivan mi sangre a no correr,
apenas inquietan.

Eternidad, fin, etiqueto como "fuego" mi tiempo,
Turbia y acorralada corres en tu mente,
nena, desespera, puebla tu beso de miel.
Enigma lo aclarado, conserva la piel.
Enmudece de dolor mi carne de roca, inquietame, maltrata los eslabones del temporal que fuimos.